sábado, 23 de abril de 2011

AIKIDO en el Oratorio Santa Catalina

Piedras 1527 (esq. Brasil) (C1140ABG) - Constitución - Cap. Fed.
4300-2194
https://www.facebook.com/aikidosantacatalina

Lu. y Ju., de 18:30 a 20:30
Sáb., de 16:30 a 18:00

La palabra Aikido se forma a partir de “Ai” (armonía), “Ki” (energía), “Do” (camino): El “camino para la armonía de la energía”. Este “camino” surgió de antiguas técnicas japonesas, empleadas en la esgrima de los samurai, y fue difundido a mediados del siglo XX por O´Sensei Morihei Ueshiba. El Aikido es un arte marcial estrictamente defensiva con una fuerte base filosófica y espiritual, acentuando la necesidad del equilibrio y la pacificación. De este modo, se pone énfasis en el aprovechamiento de la fuerza del adversario, mediante movimientos dinámicos y circulares, para restablecer la armonía. Las técnicas de esta disciplina permiten la defensa personal utilizando las manos vacías ante agarres, golpes, patadas, desde una posición erguida o sentada en el suelo, de frente o desde atrás, contra uno o varios atacantes, armados o no, etc.

En el Aikido no se realizan competencias y se rechaza todo lo que implique violencia y destrucción del ser humano. El propósito es neutralizar la agresión del rival y recuperar la armonía. El principio de la “no-violencia”, base mental del Aikido, consiste en vivir esmerándose por comprender todas las manifestaciones de la Naturaleza, de modo de ponerse en perfecta sintonía con el Universo. Por esto, los principios del Aikido son los principios de la naturaleza misma.

El trabajo sincronizado de mente y cuerpo ayuda a la manifestación plena de sus funciones, y permite desarrollar el poder potencial existente en cada individuo. El Aikido enseña esta coordinación y conduce hacia una calma espiritual gozando de sentimientos de gratitud y descanso, dando el valor para enfrentar todos los obstáculos de la vida diaria.

Físicamente, es una forma de ejercicio aeróbico y una vigorosa actividad cardiovascular, que fortalece la estructura ósea y las articulaciones, mejorando la circulación sanguínea, la respiración, la flexibilidad, elongación, plasticidad y postura corporal, mientras aumenta la coordinación psicomotriz y desarrolla los reflejos. Al no ser un deporte “competitivo” (la meta es superarse a uno mismo), la práctica se realiza en un clima distendido y cordial.

Psicológicamente, desarrolla la seguridad en sí mismo y en el compañero de prácticas, ayudando a la sociabilización, fortaleciendo el carácter e incorporando valores humanísticos. El dominio progresivo de las técnicas (basadas principalmente en la física de la “palanca”) fomenta la fuerza de voluntad, el conocimiento del propio potencial y refuerza en el practicante una sensación de bienestar consigo mismo que se traduce con buenos efectos en otras áreas de la vida personal, familiar, social, etc ("La fuerza de las emociones"; http://www.lanacion.com.ar/1782127-la-fuerza-de-las-emociones ).

"Es importante para los jóvenes descubrir el gozo que da el cuerpo. Esto se puede hacer a través del aikido, por ejemplo, que, despojado de la violencia, deja ver la belleza del cuerpo. " señala Anselm Grün, monje benedictino, uno de los autores de libros de espiritualidad más leídos en la actualidad. ( http://www.lanacion.com.ar/800617-el-celibato-sacerdotal-deberia-ser-optativo )

El Aikido comenzó su actividad en el Oratorio de la Casa Salesiana Santa Catalina, de la Obra de Don Bosco, ( https://www.facebook.com/pages/Oratorio-Santa-Catalina/437652299645071 ) el 15 de Agosto de 1992, gracias al Prof. Oscar Borelli, discípulo del Prof. Néstor Ivanisevic y de Sensei Kenzo Miyazawa, introductor del Aikido en la Argentina (en 1964), formando hoy parte de la organización Aikido Aikikai Argentina ( https://www.facebook.com/pages/Aikido-Aikikai-Argentina/213710467854 ), presidida por el Prof. Mario Lorenzo (4to. Dan Aikikai Tokyo, Japón), ex-miembro del Comité Directivo de la International Aikido Federation (www.aikido-international.org). Desde el año 2002, el responsable general de la actividad es el instructor Luis Rojas (3er. Dan de Aikido y 4to. Dan de Judo), de 40 años. Además del Prof. Rojas, hay otros cinturones negros (de edad similar) que suelen asistir a las prácticas regulares y colaboran con el Sensei (“profesor”): Vicente Rojas, Leonardo Ruiz, Melina Rey y Rafael Tesoro (2dos. Danes), Lorena Otano, Nicolás Ruiz, Sergio Fernandez y Sebastián Sosa (1ros. Danes).

El grupo de practicantes suma cerca de 25 personas (considerando a las personas con asistencia más esporádica), e incluye niños desde los 8 años de edad, adolescentes, jóvenes y adultos, varones y mujeres (No hay restricciones particulares para la práctica del Aikido, si hay una decisión de practicarlo con seriedad y constancia). Cada practicante debe asistir inicialmente con ropa cómoda para la actividad física (equipo de gimnasia o jogging, por ejemplo); en caso de perseverar en la actividad, cada practicante debe presentar un “apto médico” para la misma y concurrir con su keikogi (equipo apropiado para las artes marciales japonesas). La práctica se desarrolla de tal manera que cada practicante, luego de la observación detallada de las técnicas ejecutadas por el instructor, enseña y aprende a la vez, al ensayar con sus propios compañeros, procurando que los ataques sean sinceros, aceptando la técnica defensiva sin resistencias artificiales, ejecutando la defensa con cuidado y precisión, prestando atención a la propia postura, al ritmo respiratorio, alternando roles con el compañero, etc.

La actividad se sostiene con la cuota requerida para el funcionamiento de la Aikido Aikikai Argentina ($ 50 por mes, o $ 600 al año), más el derecho de examen estipulado por la misma cuando se pasa de un cinturón a otro. Además, cada practicante puede colaborar voluntariamente (según su capacidad económica) con el instructor a cargo de la actividad, en reconocimiento a su esfuerzo y dedicación (se sugiere la cantidad de $ 200 por mes). Sin embargo, en concordancia con el objetivo de la difusión del Aikido y con un criterio de solidaridad y de responsabilidad social institucional, confiando en los beneficios que brinda la práctica del Aikido, la Aikido Aikikai Argentina invita a todos quienes deseen practicar en forma gratuita por tres meses renovables, pidiendo únicamente asistir regularmente a las prácticas y respetar las normas del dojo (“lugar de práctica”) y del Oratorio.


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Apéndice
Fuente: https://blogs.ua.es/aikido/aikido-infantil-beneficios-de-este-arte-marcial-en-los-ninos-y-ninas/

Aikido Kids:
https://www.youtube.com/watch?v=EV5ivNTptAI

Beneficios del Aikido para los niños, niñas y jóvenes
Los adultos suelen practicar Aikido para adquirir buena condición física general, como una efectiva defensa personal incluso ante varios adversarios y ante armas, para obtener control de la ansiedad y el estrés ante situaciones difíciles, por profundizar en su filosofía… Pero estos son conceptos en los que la mayoría de los niños ni siquiera han pensado. Entonces ¿por qué practicar Aikido es una buena opción para niños, niñas y jóvenes? ¿qué beneficios puede aportar a sus vidas?

Diferencias del planteamiento de las artes marciales en niños y adultos

Durante las clases de Aikido infantil, en un clima divertido y dinámico se integran todos los aspectos esenciales en el desarrollo y el aprendizaje, por medio de juegos, formas, posturas, movimientos, desplazamientos, técnicas de defensa personal y diversos ejercicios realizados a través de diferentes actividades lúdicas. De esta manera se logra que sientan curiosidad ante nuevas situaciones y se muestren dispuestos al cambio, logrando una formación y educación global en los distintos ámbitos:

Desarrollo físico y Psicomotricidad:

Desarrollo de las capacidades físico-motrices (adecuadas a su edad): velocidad, resistencia, fuerza y flexibilidad.
Desarrollo de las capacidades percepto-motrices: El trabajo técnico con ambas manos y pies ininterrumpidamente y manteniendo al máximo la estabilidad, activa simultanea e intensamente los dos hemisferios del cerebro, provocando un aumento de sus capacidades al encontrarse ante situaciones que no ofrece la vida cotidiana ni otros “deportes”. Con la práctica adquirirán un mejor sentido del equilibrio y esquema corporal, una mayor coordinación y agilidad, y una correcta propiocepción, armonización del cuerpo, percepción espacio-temporal…
Las aplicaciones técnicas son herramientas que les dotan de patrones y esquemas motrices para usar su cuerpo de forma óptima en infinidad de diferentes movimientos, que servirán de base para realizar otros nuevos.

No Violencia:

Su hijo no se verá tentado a iniciar una pelea con Aikido, ya que éste se caracteriza por el principio de no-violencia y no estimula la agresividad hacia otros.
Aumentará la capacidad de resolver los conflictos de formas diferentes a la confrontación directa.
Las técnicas de Aikido se usan sólo cuando alguien “rompe las reglas”; ante ataques físicos o intentos de retener, por ejemplo.

Defensa Adecuada:

El Aikido busca armonizar el conflicto, disuadir y neutralizar la intención agresiva del adversario causándole el menor daño posible.
La potencia o efectividad del Aikido no se basa en el tamaño, velocidad, peso o alcance; se trata de optimizar los movimientos y obtener con el mínimo esfuerzo el mejor resultado.
Es sorprendente cómo los niños pueden llegar a aplicarlo sobre adultos.
Los desequilibrios y controles de Aikido funcionan muy bien, aun si los niños son pequeños.

Disciplina – Autocontrol:

La práctica del Aikido enseña a mantenerse en calma y controlar la agitación, precipitación e impaciencia -tan natural en los niños y jóvenes de hoy en día– facilitándoles, por ejemplo, permanecer sentados en la escuela, concentrarse en la tarea o enfocarse durante la práctica de algún otro deporte o actividad.
Durante la clase hay momentos para jugar, momentos para estar serios, momentos para hablar, momentos para relajarse, momentos para aprender… se vuelven conscientes de que existen momentos diferentes y aprenden a adaptarse a cada situación de manera natural.
También de forma natural al desarrollo de la práctica, se toma conciencia y se asimilan normas, límites y valores.

Respeto – Tolerancia – Valores:

Debido a su gran contenido ético, a través del Aikido aprenderán respeto, disciplina y cooperación entre compañeros que nada tiene que ver con el carácter competitivo presente en casi todos los ámbitos tan comunes de nuestros días.
La práctica del Aikido les enseña que ocasionando problemas nada ganarán. Es un estado mental correcto, calmado y positivo el que les permitirá obtener logros aun en medio de situaciones adversas.

Autoconfianza – Asertividad:

Esta manera de practicar fortalece la imagen que el alumno tiene de sí mismo, tanto física y mental como espiritual:
Se refuerzan conceptos como la autoestima y autoimagen, adquiriendo seguridad y asertividad, consiguiendo que el alumno se respete y valore a sí mismo y de esta manera respetar a los demás.

Socialización – Afectividad:

En los ámbitos psico-social y psico-afectivo, la práctica del Aikido desarrolla las habilidades sociales y fortalece el carácter:
Para poder aprender una técnica han de cooperar y ayudarse mutuamente, lo que conlleva tratarse con respeto los unos a los otros, reforzando su autocontrol y mejorando la gestión de sus emociones.
Los niños y jóvenes aprenden que hay otra manera de resolver los conflictos que no se basa en enfadarse ni en golpearse.

Perseverancia:

Se potencia y se premia el esfuerzo del niño por lograr objetivos y aprender a no rendirse.
La práctica del Aikido no requiere de habilidades especiales; La clave para progresar en Aikido es simplemente perseverar y tener una actitud positiva.

Aikido Kids - Démo Aïkido enfants - Saint-Pierre-du-Mont (Landes) https://www.youtube.com/watch?v=uOn89F0KSX0

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